Cómo saber si el pescado es fresco

Los ojos del pescado fresco deben ser claros y brillantes, no opacos ni hundidos.

Si los ojos parecen nublados o turbios, es probable que el pescado no esté fresco.

Para saber si un pescado es fresco sus branquias deben ser de un color rojo brillante o rosa intenso.

Si las branquias parecen pálidas o de color marrón, es posible que el pescado no sea fresco.

Un pescado fresco debe tener un olor agradable, similar al del mar.

No te dejes guiar solo por el aspecto físico, el olfato también juega un papel clave a la hora de conocer el estado de un producto. 

Evita el pescado que tenga un olor fuertedesagradable o a amoníaco, ya que podría ser una señal de deterioro.

Y llegamos a una de las claves más importantes y menos conocidas por los consumidores.

Las escamas del pescado fresco deben estar bien adheridas a la piel y brillantes.

Si las escamas se desprenden fácilmente o la piel parece viscosa, es posible que el pescado no sea fresco.

Al presionar ligeramente el pescado fresco, la carne debe recuperar rápidamente su forma original y sentirse firme al tacto.

Evita el pescado cuya carne esté blanda o deje una marca de presión.

Además de que las agallas tengan un color rojo o rosado, también deben estar húmedas y resbaladizas, no secas ni pegajosas.

La presencia de moco o sustancias viscosas en las agallas puede ser indicativo de falta de frescura.

Y con esta séptima y última clave llegamos al final de nuestra investigación de la frescura de un pescado.

Si compras un pescado entero, asegúrate de que las vísceras estén intactas y de color claro.

Además, el abdomen del pescado fresco debe ser firme y no mostrar signos de hinchazón o decoloración.