Presta atención a tu piel.
En líneas generales, la piel del hombre es más gruesa y tiene más grasa que la de la mujer,
por lo que es importante utilizar productos adecuados y específicos para rostro, ojeras, cuerpo,
y seguir los tres pasos básicos para cuidarla correctamente cada día:
limpieza, hidratación y protección solar.
- Refresca tu piel.
- Tras el afeitado es aconsejable utilizar una loción aftershave, que no contenga alcohol para que no irrite aún más la piel.
- Hidrata tus manos.
- Las manos son una parte del cuerpo cuyo cuidado olvidamos muchas veces.
- La hidratación es fundamente para evitar que se resequen, especialmente en invierno.
- Cuida tu barba.
- Para asegurar que la piel debajo de la barba está correctamente limpia e hidratada,
- conviene usar champús y lociones limpiadoras específicas, así como aceites y bálsamos para fortalecer el crecimiento del vello facial e hidratar la piel.
- También es recomendable utilizar un suavizante o acondicionador tras el lavado.
- Mantén sano tu cabello.
- Es recomendable utilizar champús adecuados a cada tipo de pelo, garantizando así su buena salud.
- Haz ejercicio físico.
- El deporte, además de ser muy beneficioso a nivel físico, también lo es a nivel mental.
- Lo ideal es poder practicarlo entre tres y cinco veces a la semana y elegir una actividad motivadora y adecuada al estado de salud de cada uno.
- Es imprescindible utilizar protección solar en todas las partes del cuerpo expuestas al sol.
- Cuida tu alimentación.
- Las frutas, las verduras y el pescado son alimentos indispensables en una dieta saludable.
- Por el contrario, es aconsejable eliminar o minimizar el consumo de alimentos refinados con azúcares añadidos y ricos en grasas saturadas y trans, que son perjudiciales para la salud.
- Imprescindible también el siguiente recordatorio:
- Comer cinco veces al día y hacerlo en las cantidades adecuadas.
- Despídete de los malos hábitos.
- Para disfrutar de una buena salud, decir adiós a los hábitos tóxicos es un requisito fundamental.
- Por ejemplo, el tabaco y el alcohol son sustancias muy nocivas para el organismo.