Pocos lugares pueden presumir de una historia tan arraigada al vino como la comarca de La Mancha. Con 182 municipios pertenecientes, repartidos en cuatro provincias (Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Toledo), cada rincón expele su propia historia, que no podría contarse sin el vino. Y es que, desde tiempos (casi) inmemoriales, la sociedad manchega, con la dieta y cultura mediterránea como eje, sustenta los pilares de su economía agrícola en su conocida como triada mediterránea: cereal, olivo y vid.