«Descubre Cómo Evoluciona el Cuerpo Masculino en Cada Etapa de la Vida»
“Conforme avanza la edad, los distintos factores metabólicos y hormonales hacen que se produzca una alteración del gasto de energía, que son variables en función del sexo.
Un varón de una determinada edad, altura y peso tiene un 10% más de gasto energético en reposo que una mujer en las mismas condiciones.
Las hormonas sexuales incrementan el gasto energético en reposo y, en concreto, más los andrógenos (testosterona) que los estrógenos”,
A los 20 años
«El control del peso corporal se rige por el equilibrio entre la energía consumida a través de la alimentación y la energía gastada en funciones vitales, digestión y actividad física.
A medida que se envejece, el gasto energético en reposo tiende a disminuir, lo que dificulta la pérdida de peso.
Por cada década de vida, este gasto puede reducirse hasta un 5%.»
«Durante las edades comprendidas entre los 20 y 40 años, los hombres experimentan pocos cambios significativos.
Sin embargo, es crucial estar alerta a síntomas urológicos y andrológicos, como la detección de masas testiculares.
Es importante realizar autoexámenes testiculares periódicos y consultar a un especialista ante la presencia de cualquier bulto en los testículos».
«En la etapa de los 20 años, es común enfrentarse a problemas de acné.
En algunos hombres, pueden surgir los primeros signos de alopecia androgénica, aunque esto suele ocurrir más adelante en la vida».
A los 30 años
A lo largo del proceso de envejecimiento, uno de los cambios más significativos en la composición corporal se identifica con el término «adiposidad», que se refiere a la sustitución de la masa magra (muscular o libre de grasa) por grasa corporal, manteniendo el peso.
Esto se diferencia de la obesidad, que implica un aumento del peso corporal debido al incremento de la grasa.
A partir de los 30 años, el aumento de peso tiende a acumularse en forma de grasa en lugar de músculo.
Cuando se produce un déficit de hormonas sexuales, como ocurre en los hombres debido al envejecimiento (se estima que un 2% anual a partir de los 30-40 años), el gasto energético en reposo disminuye y es más probable el aumento de peso si no se ajustan los hábitos de alimentación y actividad física.
Además, la disminución significativa de otras hormonas con el proceso de envejecimiento, como la hormona del crecimiento y las hormonas tiroideas, también conlleva un aumento de la grasa corporal y una reducción de la masa muscular.
Para adoptar un estilo de vida cardiosaludable, los hombres adultos deberían iniciar controles médicos preventivos a partir de los 30 años, y considerar la práctica regular de actividad física y una dieta saludable para el corazón, además de dejar de fumar y controlar el peso corporal.
A nivel mundial, una de cada diez personas de entre 30 y 70 años fallece prematuramente debido a enfermedades cardiovasculares como cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
Sin embargo, al menos el 80% de estas muertes prematuras podrían evitarse o retrasarse.
Para prevenir la enfermedad cardiovascular a esta edad, se recomienda:
- Realizar actividad física de intensidad moderada durante al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana, e incorporar pequeños cambios en la vida diaria como subir escaleras o caminar más.
- Dejar de fumar.
- Seguir una dieta equilibrada, incluyendo cinco porciones de frutas y verduras al día.
- Controlar la presión arterial.
Además, los cardiólogos ofrecen estas claves para una práctica deportiva segura para el corazón:
- Conocer las propias limitaciones y capacidades físicas para adaptar la actividad deportiva.
- Ajustar la actividad física a las características individuales sin exceder los límites de esfuerzo.
- Recibir orientación de profesionales médicos antes de iniciar cualquier actividad deportiva.
- Reconocer que la edad puede limitar la capacidad de realizar ciertos ejercicios y ajustar el esfuerzo en consecuencia.
- Complementar la práctica deportiva con hábitos de vida saludables.
En cuanto a la salud de la piel masculina, a partir de los 30 años suelen aparecer las primeras arrugas de expresión y se experimenta una pérdida gradual de hidratación.
A los 40 años
A los 40 años, la pérdida de masa libre de grasa ocurre a un ritmo del 8% cada 10 años. Para prevenir ganancias significativas de peso a medida que envejecemos,
es crucial la prevención, manteniendo una dieta saludable, equilibrando la ingesta y llevando a cabo actividad física regular desde temprana edad.
A partir de los 40 años, el riesgo de tumor testicular comienza a disminuir, aunque es importante mantener la autoexploración a lo largo del tiempo.
Durante esta década, pueden aparecer los primeros síntomas relacionados con el agrandamiento prostático, aunque suelen ser leves, como la disminución del caudal del chorro miccional por la mañana.
Además, la rigidez de las erecciones puede disminuir sin que esto implique necesariamente disfunción eréctil.
Aunque tradicionalmente se ha creído que «a los hombres no se les pasa el arroz», estudios recientes desmienten este mito.
A partir de los 40 años, la capacidad reproductiva masculina disminuye alrededor del 60% (en comparación con solo el 5% en mujeres de la misma edad).
Posteriormente, a partir de los 40 o 50 años, las posibilidades reproductivas en los hombres disminuyen aproximadamente un 7% anualmente, lo que también afecta a la calidad del esperma.
A los 40 años, al igual que a los 30, la alopecia androgénica es una de las consultas más comunes en hombres, junto con enfermedades como la rosácea.
A partir de esta edad, también pueden empezar a aparecer las primeras manchas y síntomas de pérdida de elasticidad en la piel.
A los 50 años
«A partir de los 50 años, la masa muscular disminuye aproximadamente un 10% por cada década.
«La década de los 50 años marca un momento oportuno para iniciar un chequeo prostático, tanto para evaluar síntomas urinarios como para realizar un primer cribado de cáncer de próstata, mediante una exploración digital y un análisis de PSA.
«Entre los 50 y los 70 años es el período de vida en el que son más comunes los infartos en hombres, aunque recientemente se observa esta patología en varones de 30 a 40 años.
En las mujeres, suele manifestarse más tardíamente, especialmente después de la menopausia.
Las enfermedades cardiovasculares afectan por igual a ambos sexos, aunque tienden a afectar más a los hombres debido a la prevalencia de factores de riesgo en ellos.
«En la sexta década de la vida, comienzan a surgir signos de flacidez junto con arrugas más pronunciadas.
Los primeros indicios de fotoenvejecimiento se hacen evidentes, y pueden aparecer problemas de cáncer de piel o lesiones precancerosas.
En esta etapa, la mayoría de las personas que sufren de alopecia ya han experimentado una pérdida significativa de cabello, lo que representa una etapa de estabilización para quienes padecen esta condición».
A los 60 años
«A partir de los 60 años, los síntomas relacionados con la próstata pueden volverse más evidentes.
La disminución en el flujo urinario, la sensación de no vaciar completamente la vejiga al orinar, despertarse durante la noche para orinar y un aumento en la frecuencia de la micción durante el día son razones para una evaluación urológica que permita determinar la función urinaria y la salud de la próstata.
Además, la calidad de las erecciones puede verse más afectada, especialmente en aquellos pacientes con antecedentes de riesgo cardiovascular, como fumadores o exfumadores, hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia, enfermedades cardíacas u obesidad.
La incapacidad para lograr una erección lo suficientemente firme para la penetración o la pérdida de la erección durante el acto sexual son motivos para consultar a un especialista.
«Entre los 60 y 70 años de edad, la sequedad de la piel se convierte en un problema importante.
El prurito es una de las principales razones de consulta dermatológica, junto con la sequedad y las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y el fotoenvejecimiento.
También se observan problemas derivados del cáncer de piel, como los carcinomas basocelulares y los carcinomas espinocelulares.
En estas décadas de la vida, la alopecia ya no es una preocupación frecuente, ya que suele haberse establecido previamente a lo largo de los años».
A partir de los 70 años
«Después de los 70 años, la tasa de pérdida de masa magra o proteína muscular puede alcanzar hasta el 15% cada 10 años.
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) identifica a la población anciana como uno de los grupos más vulnerables desde el punto de vista nutricional.
Esta vulnerabilidad se atribuye a factores geriátricos, como cambios anatómicos y fisiológicos asociados con el envejecimiento, falta de movilidad, aislamiento social, alta prevalencia de enfermedades crónicas y el uso frecuente de diversos medicamentos.
Estos factores están relacionados con la inactividad física, menor estímulo anabólico, menor ingesta dietética, menor síntesis de proteínas e infiltración de grasa en el músculo.»