Historia de la destilación

La destilación era ya una técnica conocida en China alrededor del año 800 a.C. empleándose para obtener alcoholes procedentes del arroz.

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También se han encontrado textos en el Antiguo Egipcio que describen la destilación para capturar esencias de plantas y flores.

Como anécdota, se cree que una tal María le egipcia fue la inventora del conocido Baño María.

En cualquier caso se sabe que la destilación era ya conocida en la Antigua Grecia y en la Antigua Roma.

Su perfeccionamiento se debe seguramente a los árabes.

De hecho fueron los primeros responsables de la destilación del alcohol a principios de la Edad Media.

En el siglo X el filósofo Avicena realizó una descripción completa de un alambique.

Al igual que alquimia, alambique o alquitara, la palabra alcohol es de origen árabe.

En principio sólo destilaban frutas y flores para obtener perfumes, así como triturados minerales para obtener maquillajes.

Unos polvos negros que se vaporizaban y se dejaban solidificar de nuevo eran utilizados como pintura para los ojos de las mujeres del harén.

Se trataba del Kohl, que aún sigue usándose hoy en día.

Cuando el vino comenzó a ser destilado, dada la similitud del proceso adoptó el mismo nombre, Al Kohl.

En la Edad Media, la destilación se practica sobre todo en el interior de los monasterios, pero los alcoholes que se obtienen son muy vastos y se usan únicamente con finalidades terapéuticas.

El primer nombre de verdadera importancia en la historia de la destilación fue Arnau de Vilanova, médico y teólogo catalán ,profesor de la Universidad de Montpellier, quien en el siglo XIII publicó los secretos de la destilación del vino en su libro Liber Aqua Vitae.

Probablemente fue el primero en escribir sobre el alcohol y su tratado sobre vinos y espirituosos constituyó un manual en su época.

Parece ser que de tan entusiasmado que estaba con los poderes curativos y restauradores del líquido que lo denominó Aque Vitae 

(de aquí el término francés Eau de Vie).

Para él, aquel licor constituía el elixir de la vida.

Su discípulo, el filósofo y químico, Ramón Llul continuó con sus experimentos y lo llamó Aqua Ardens, agua que arde.

Para el público en general el aqua vitae era una medicina y sabía a tal.

Si se destinaban a la bebida, se maceraban con fruta y hierbas que contribuían a disimular el sabor.

Este fue el nacimiento de los licores.

Con la ilustración llega la ciencia moderna.

A finales del siglo XVIII, la destilación evolucionó gracias a Edouard Adam, que inventó un sistema parea rectificar alcoholes, consiguiendo así eliminar malos olores.

Se sentaron las bases para la destilación moderna.

En el siglo XIX la destilación de vinos era ya una industria ampliamente extendida en Cataluña.

Poblaciones como Sitges, Vilafranca, Valls y Reus fueron la sede de los pioneros exportadores.

Tanto un licor como un destilado son bebidas de alto contenido alcohólico en forma de etanol, que es el alcohol que se obtiene al destilar un fermentado.

Y esta es la segunda similitud: ambos se obtienen destilando una bebida fermentada como vino, cerveza, etc.

A partir de aquí, viene lo que los hace diferentes.


Esto quiere decir que se separa el alcohol del resto por medio de calor.

Básicamente la destilación consiste en que la bebida fermentada pasa por el serpentín o los platos de un alambique que calientan a altas temperaturas,

y como el alcohol llega a ebullición antes que otros líquidos, se re-condensa formando un líquido con más fuerza alcohólica.

Dependiendo de la bebida fermentada que destiles, obtendrás diferentes destilados;

por ejemplo, de un fermentado de cereal parecido a la cerveza acabaremos obteniendo whisky.

Si destilamos un líquido fermentado a partir de trigo o patata, obtendremos vodka.

Si de un líquido fermentado a partir de uvas (casi como un vino) separamos el alcohol, tendremos un brandy.

Del jugo de caña fermentada y destilada saldrá el ron; del jugo de agave fermentado y destilado, el tequila… y así un largo etcétera.

En este proceso de destilación se obtienen bebidas que van de los 32 hasta los 80º de alcohol.


También pueden obtenerse mediante la maceración de un destilado.

O incluso, agregando hierbas o frutas a la destilación base, que normalmente es un destilado neutro tipo vodka.

Estas intervenciones derivarán en dos factores.

El primero es una rebaja de la graduación alcohólica, ya que el alcohol se reduce (los licores oscilan entre los 25 y los 55 grados de alcohol).

La segunda consecuencia es que al estar aromatizados y saborizados normalmente con azúcar, son más dulces.

Un buen ejemplo de cómo de un destilado se puede pasar a un licor sería la crema de whisky:

al whiskey irlandés se le añade crema láctea, rebajando alcohol y obteniendo mucho más dulzor.