Diferencias entre la carne roja, blanca y procesada
Los tipos de carne son básicamente 3:
- Carne blanca: de aves (sobre todo, pavo y pollo) y conejo.
- Carne roja: es la carne de músculo, es decir, de ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra.
- Carne procesada: es la carne conservada mediante salazón, curado, fermentación o ahumado.
- Engloba productos como el jamón cocido, jamón serrano, salami, tocino, salchichas, chorizo, salchichón, mortadela…
desde el punto de vista nutricional “no hay diferencias significativas entre unas carnes y otras”.
Aunque la carne roja tenga más hierro, también es más rica en grasas saturadas.
Por eso se aconseja limitar su consumo. “El hierro de tipo hemo, que es el que mejor se absorbe, está en todos los alimentos de origen animal”,
En resumen, no es recomendable demonizar ningún tipo de carne ni considerar alguna como indispensable en nuestra dieta.
La clave está en la variedad y en seguir una alimentación equilibrada, ya que todas las carnes aportan beneficios sustanciales cuando se consumen con moderación.
expertos recomiendan un consumo de carnes magras, como la carne de cerdo, de 3 a 4 raciones por semana (100-125 g cada ración) eligiendo cortes magros y retirando la grasa visible antes de cocinar el alimento.
Derivados del cerdo como el jamón serrano sin tocino, alcanzan porcentajes que van del 5,6 al 8,4 %,
siendo esta cifra de tan solo el 4,5 % para el lomo embuchado y del 3 al 10 % para el jamón cocido.
Teniendo en cuenta esto,, en el caso del jamón cocido o serrano es de
unos 50 g y en el chorizo o chóped unos 30 g.
Carne de cerdo
La carne de cerdo es ampliamente consumida en nuestro país, tanto en su forma magra y sin procesar como en variedades procesadas, como los embutidos ibéricos.
La composición nutricional varía según el corte (por ejemplo, el lomo de cerdo es más magro que las costillas), pero en líneas generales podemos afirmar que:
- Poseen un elevado contenido de proteínas de excepcional valor biológico.
- Su contenido de grasa es menor de lo que generalmente se cree.
- Rica en minerales esenciales como hierro, zinc, fósforo, magnesio y potasio.
- Altamente recomendada durante periodos de crecimiento y para favorecer el óptimo funcionamiento muscular.
Carne de vacuno.
- Proporciona energía a los músculos gracias a su elevado contenido de sarcosina.
- Acelera el metabolismo y fortalece el sistema inmunológico gracias a su generosa cantidad de vitamina B6.
- Baja en grasa, y la presente contiene ácido linoleico, beneficioso para la recuperación de tejidos corporales.
- Altamente recomendada para atletas debido a su abundante contenido de carnitina, que contribuye a mejorar el metabolismo.
Carne de aves (pollo y pavo).
– Son carnes altamente digestivas que regulan los niveles de colesterol en el organismo.
– Protegen el sistema nervioso al contener elementos como riboflavina, niacina y tiamina.
– Fortalece la actividad orgánica gracias a la gran cantidad de minerales presentes en ellas.